sábado, 12 de junio de 2010
ENTREGA
Apenas ayer era un tierno botón
erguido con altivez y gracia
bajo el manto oscuro y senil
de una noche que agonizaba.
Sucumbió a los susurros del viento
que derritieron la escarcha,
y despertó al deseo febril
de destilar su perfume al alba.
Diminutas gotas de rocío
se deslizaron por sus pétalos dormidos,
multitud de lamidas
que exacerbaron sus ansias,
y tímidamente fue cediendo al embrujo
cuando un furtivo rayo de sol
posó en ella su beso naranja.
Abrióse toda majestuosa,
desplegó su corola escarlata,
y al fin se rindió temblorosa,
al abrazo tibio de la mañana
invitando a libar de su néctar,
sueños de tálamo
convertidos en cera blanca.
Mientras una llovizna ligera
bañaba su cáliz en brasas,
y se consumaba la entrega,
¡oh, dulce miel del mañana!,
como en un profundo suspiro,
la brisa esparció su fragancia…
REMR
31/ago./2008
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